- El Tesoro de Estados Unidos lucha desesperadamente por cumplir con los compromisos de su deuda ahora que el techo fue alcanzado.
- Esto provoca una batalla campal entre republicanos y demócratas en el Congreso para definir el proceder y evitar el default o impago.
- Los republicanos afirman no estar dispuestos a continuar incrementando “ciegamente” el techo de la deuda.
El pasado jueves, 19 de enero, la deuda del gobierno de EEUU marcó $31,4 billones de dólares para alcanzar el techo. Esto se produjo en medio de un agudo enfrentamiento entre los republicanos de la Cámara de Representantes y la administración del presidente Joe Biden. Las posturas de ambos bloques de poder ahora parecen intransigentes en sus propuestas de solución.
Debe tenerse en consideración que, de no haber un acuerdo para superar el problema, el país podría irse a default. Sin embargo, aunque teóricamente una crisis fiscal en la principal economía del mundo es posible, en el terreno siempre se consigue la manera de evitarla. Esto último se debe a que no sería conveniente por razones obvias para ningún sector del área de la política o de las finanzas.
Pero alcanzar una solución siempre pasa por las notables diferencias ideológicas entre los demócratas y los conservadores. Generalmente, la solución para evitar el default es incrementar el tamaño del tope de la deuda, pero eso se traduce en problemas mayores hacia el futuro. En ese sentido, los republicanos no parecen convencidos de que ahora esa sea la solución y apuestan por una reducción del gasto gubernamental.
Artículo relacionado
Ganancias de los grandes bancos de EE.UU cayeron en el cuarto trimestre de 2022
Mientras intentan lidiar con las altas tasas de interés y la morosidad, los bancos de inversión y consumo luchan por…
El estado de la deuda de EEUU
Como todos los años, en 2023 los políticos de EEUU enfrentan grandes dolores de cabeza relacionados con la deuda. Como ya se dijo, el tope fue alcanzado en $31,4 billones de dólares y los mercados financieros podrían entrar en fase de nerviosismo en breve. El Tesoro anunció que recién iniciaron un proceso de medidas de emergencia para evitar el incumplimiento.
Pese a ello, se trata de una bombona de oxígeno que tiene un tiempo limitado de alcance tras el cual estallaría el problema. En consecuencia, en una carta dirigida a los líderes del Congreso, la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, fue enfática con los plazos. La funcionaria dijo que las medidas de gestión de efectivo ya estarían en marcha, pero alertó de que las mismas pueden evitar el incumplimiento hasta el 5 de junio.
De tal manera, un acuerdo de solución entre las dos toldas políticas debe ser alcanzado durante el primer trimestre de 2023. Aunque parezca un plazo de tiempo suficiente, las diferencias entre ambos grupos se manifiestan abismales. De allí que algunos expertos, citados en agencias de noticias, temen que los mercados comiencen pronto a sentir la presión y el nerviosismo. La propia Yellen afirmó que la fecha de junio estaba sujeta a una “incertidumbre considerable”.
Esto último tendría que ver con los desafíos que representa adivinar los pagos y los ingresos del gobierno meses antes de que se produzcan. “Insto respetuosamente al Congreso a que actúe con prontitud para proteger la plena fe y el crédito de Estados Unidos”, suplicó la funcionaria. De tal modo, el gobierno está en una posición comprometida ante el espectro de la deuda al tope de EEUU.
Es de esperarse que en los próximos meses el clima político alrededor de este tema se haga más asfixiante, sobre todo para los mercados financieros.
A los demócratas les urge un tejemaneje
En medio de este contexto, la situación más incómoda está en el campo de los demócratas. Evitar el incumplimiento de los deberes fiscales se resuelve típicamente de dos maneras. La primera de ellas es recortando el gasto para descender desde las alturas y alejarse lo más posible del techo. La segunda es haciendo el techo más alto y, con ello, no provocar una interferencia con los planes de gastos administrativos.
“Insto respetuosamente al Congreso a que actúe con prontitud para proteger la plena fe y el crédito de Estados Unidos” – Janet Yellen, secretaria del Tesoro.
El segundo escenario es el deseado por los demócratas, pero es acá donde afloran los problemas. El incremento del tope del endeudamiento es una decisión del Congreso y recientemente los republicanos conquistaron la mayoría en la Cámara de Representantes. Eso quiere decir que es poco probable que permitan un incremento del techo de la deuda, sobre todo porque el incremento es provocado en gran medida por el gasto social.
Para evitar el impago, los conservadores apuestan por la primera alternativa consistente en deshacerse de lo que ellos califican como “gastos innecesarios”. En el denominado plan de “priorización de deuda”, los republicanos presionar al Tesoro para que priorice los pagos de la deuda. Eso quiere decir descartar algunos gastos como medicare y la seguridad social para que el aumento del techo no sea tan pronunciado.
Se trata de una política arriesgada que podría tener repercusiones en los golpeados mercados financieros. Los fantasmas de la violenta lucha de negociación de la deuda de 2011 aparecen por todas partes. En ese entonces, la batalla campal provocó un bajón en la calificación crediticia de EEUU debido a los problemas de la deuda. Asimismo, fue la causante de largos años de recortes militares y domésticos.
“La estupidez de haber gastado tanto dinero”
Los republicanos culpan a la administración Biden por los excesos de gasto que llevaron a la actual crisis de endeudamiento. Para ellos, las consecuencias de políticas irresponsables de gasto social están llevando a un problema que era perfectamente evitable. Precisamente, ese es el tono de Chip Roy durante una conversación con Reuters.
“No vamos a dejar de pagar la deuda. Tenemos la capacidad de gestionar el servicio y el pago de nuestros intereses. Pero tampoco deberíamos aumentar ciegamente el techo de la deuda”, comentó. De igual modo, descartó las preocupaciones concernientes a la situación macroeconómica, a la amenaza de recesión y la estabilidad de los mercados.
“Ya nos dirigimos hacia una recesión. La pregunta es cómo será, a menos que la combinación de política fiscal nos salve de nuestra estupidez de haber gastado tanto dinero”, subrayó Roy. De esto se puede intuir que los republicanos estarían dispuestos a elevar el techo con la condición de que se anule buena parte del gasto social de sus rivales.
Pero ese no parece ser el deseo del gobierno. El propio presidente, Joe Biden, manifestó recientemente sus desacuerdos con las condiciones que podrían imponer sus contrincantes. “Esto no es un juego político. Esto debe hacerse sin condiciones”, asestó el primer mandatario, citado en portales especializados.
Como puede adivinarse, la batalla por el asunto de la deuda en EEUU será cruda y podría realmente parecerse en magnitud a la de 2011.
Artículo relacionado
Apetito por las acciones estadounidenses ha caído a su nivel más bajo desde 2005
Los gestores de fondos están prefiriendo las acciones europeas, los mercados emergentes y los cíclicos. Los inversores esperan que las…
Así está la deuda de EEUU
No es la primera vez (y seguramente tampoco será la última) que la deuda de Estados Unidos se convierte en un problema a discutir. De hecho, el país norteamericano desde su existencia como nación independiente ha estado discutiendo dos temas de manera ininterrumpida: la guerra y la deuda. Existen pocos episodios en los que Washington ha pasado de esos dos asuntos.
La deuda consiste en la cantidad máxima de dinero que el Tesoro está autorizado a solicitar prestado para cubrir gastos. Y como se trata de una economía en expansión, la cantidad aumenta y, con ella, también hace crecer el techo o límite de esa cantidad máxima. La última vez que el país norteamericano alcanzó el techo de endeudamiento fue en 2021. Para evitar el default, el tope se elevó desde los $2,5 billones hasta los actualmente rebasados $31,4 billones de dólares.
Para tener una idea de la magnitud de esta cifra, se debe mencionar el hecho de que el gasto para la recuperación de la pandemia provocó que la deuda de EEUU alcanzara el 120% del PIB.
En el peor escenario, el hecho de que no se alcance un acuerdo y el país entre en impago, las consecuencias podrían ser desastrosas. La economía quedaría perjudicada en un nivel que es difícil de imaginar. Lo que podría generar pánico entre los inversores, es que una parte amplia y radicalizada de los republicanos parecen desear que se produzca el default.
0 Comments :
Post a Comment