Ghana, de éxito económico africano a caer en desgracia

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Ghana es el segundo mayor productor de cacao del mundo -solo por detrás de Costa de Marfil- y llegó a superar a Sudáfrica como el mayor productor de oro africano durante unos años. Todo esto, combinado con una democracia estable, un gobierno bien gestionado y unos servicios públicos decentes, hicieron que el Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de esta región fuera de los más altos del continente. Asimismo, esto le permitió convertirse en ejemplo de éxito a ojos del resto del mundo. Sin embargo, el impacto de la pandemia y la guerra de Ucrania en su economía, la inestabilidad en la que están sumidos sus vecinos y, sobre todo, una serie de malas decisiones, han provocado su caída en desgracia.

Al igual que el resto de países del mundo, la economía de este país se vio duramente golpeada por el conflicto armado iniciado por Vladimir Putin en Ucrania. Para Ghana, esto se tradujo en un encarecimiento de los alimentos del 30%, mientras que el del gas y la electricidad fue de casi el 40%, aunque nada comparado con el diésel, cuyo precio por litro pasó de 6,94 cedis (unos 0,50 euros) antes de la guerra a 23,45 cedis (más de 1,80 euros) en noviembre de 2022, según datos de Statista. Una espiral que alcanzó su punto álgido en diciembre, cuando la inflación se situó en el 54,1%, su nivel más alto en dos décadas. A esto se sumó, además, la decisión de las tres grandes agencias de calificación de rebajar su nota crediticia a la categoría de “basura”.

Por su parte, el Banco Central de Ghana intentó paliar los efectos de la crisis en la que estaba sumido el país anunciando en marzo de 2022 la mayor subida de los tipos de interés de su historia. En concreto, los elevó en 250 puntos básicos, hasta el 17%. Dos meses después, volvió a hacerlo, dejándolos así al 19%. Desde entonces, ha llevado a cabo más incrementos y, en la actualidad, rondan el 29,50%, según Investing.

El Gobierno del presidente Nana Akufo-Addo también adoptó medidas ante esta situación. Una de ellas fue aumentar un 10% el salario mínimo que ganan los ghaneses al día, hasta los 14,88 cedis (casi 1,20 euros). Aunque la medida ha supuesto un respiro para los ciudadanos de Ghana, no les ha permitido recuperar el poder adquisitivo perdido con el incremento de la inflación, publica el Financial Times. El pasado mes de abril, la inflación todavía se situaba en el 41,2%.

La combinación de estos factores ha supuesto el golpe definitivo a un país que ya caminaba al borde del abismo. Y es que Ghana, como también hicieron sus vecinos africanos, asumió en los últimos años grandes préstamos para financiar proyectos de infraestructuras, desde carreteras a puertos, pasando por ferrocarriles y una catedral de 400 millones de dólares. Asimismo, recurrió a ellos para evitar que su economía cayese en una recesión. En total, recaudó casi 17.000 millones de dólares en eurobonos.

No obstante, cuando subieron los tipos de interés y se empezó a cuestionar la capacidad de Ghana para devolver estos préstamos, se vio fuera de los mercados internacionales y su deuda pasó de representar el 62,7% del PIB en 2020 a más del 100% en 2022. Como consecuencia, al Gobierno ghanés no le ha quedado más alternativa que depender del mercado nacional de capitales, cuyos tipos de interés rondan el 40%, y de la financiación de su entidad bancaria, la cual ascendió a 37.900 millones de cedis (3.200 millones de dólares). En la actualidad, se come cerca del 70% de los ingresos del Estado.

En diciembre de 2022, cuando el país ya no pudo hacer frente al pago de sus deudas, el Gobierno de Nana Akufo-Addo decidió pedir ayuda al Fondo Monetario Internacional (FMI) en forma de rescate económico, el 17º programa desde su independencia. Ghana y el prestamista llegaron a un acuerdo de 3.000 millones condicionado a una serie de reformas, entre las que destacan la reestructuración de su deuda interna y la deuda externa de 34.000 millones de dólares, así como dejar de tapar el déficit de ingresos del Estado con financiación del banco central.

Para aumentar los ingresos de las arcas públicas, Ghana ha elevados los gravámenes especiales sobre el tabaco y las bebidas alcohólicas, así como el del IVA hasta el 15%. También ha introducido impuestos de sociedades y sobre la renta.

Pero los analistas consultados por el medio financiero creen que el país también debería abordar la fuga de ingresos cruciales para Gobierno ghanés. Y es que, solo en 2021, las arcas públicas dejaron de percibir casi 3.000 millones de dólares por culpa de irregularidades relacionadas con deudores comerciales, préstamos pendientes y efectivo bloqueado en inversiones improductivas, según un informe del Auditor General de Ghana, Johnson Akuamoah Asiedu. Asimismo, tiene que reducir el tamaño del Ejecutivo y abordar la cuestión de la corrupción, un problema cada vez mayor.

Si finalmente el FMI aprueba estas medidas y da luz verde al rescate de 3.000 millones, este dinero podría ayudar a Ghana a restablecer la confianza de los inversores, así como a frenar las fluctuaciones monetarias. En 2022, el cedi se depreció más de un 35,70% y, en lo que va de año, ha decido otro 14,28%.

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