El negocio del aceite de oliva español sufre en 2023: estos son los motivos

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El 2023 no está empezando de la mejor manera para los emprendedores que se dedican al negocio del aceite de oliva español. La sequía que ha vivido el país en los últimos meses está provocando que las grandes compañías del sector, algunas de las cuales son líderes mundiales, estén teniendo que recurrir a comprar olivas en terceros países debido a la escasa cosecha registrada en los campos nacionales.

Así, a 31 de diciembre, apenas se habían cosechado 434.500 toneladas, y los productores de aceite de oliva estiman que los olivos españoles no servirán para sumar más de 700.000 en la presente campaña, que finaliza en estas semanas. Se trata de un dato muy inferior al registrado hace un año, cuando se alcanzaron los 1,48 millones de toneladas, tal y como recoge El Economista.

Ante esta situación, dos de las grandes empresas españolas dedicadas a la producción de aceite de oliva, Deoleo y Acesur, se han visto forzadas a comprar aceituna fuera de las fronteras nacionales, con Grecia, Turquía y Túnez como principales mercados. Además, los datos muestran cómo esta escasez está afectando a otros mercados, lo que podría anticipar un encarecimiento importante en uno de los productos donde España domina el mercado a nivel mundial.

La desconocida empresa familiar que domina el mercado mundial del aceite de oliva

Si un producto puede definir a España, el aceite de oliva estaría, sin lugar a dudas, entre los finalistas. Sin embargo, los emprendedores más destacados en este sector son bastante desconocidos para el gran público, aunque guardan interesantes similitudes con las historias que llevaron al éxito a Amancio Ortega o Juan Roig.

Un ejemplo de ello es el caso de Migasa, una desconocida empresa familiar que, sin embargo, domina gran parte de la producción de aceite de oliva. Sus orígenes se remontan a la década de 1940, cuando Miguel Gallego y Dolores Jurado, un matrimonio extremeño, decidieron abandonar su pueblo para mudarse a Sevilla y poner en marcha una empresa dedicada al aceite de oliva. El proyecto fue heredado más tarde por sus cuatro hijos, que todavía hoy controlan el negocio familiar.

Unos 80 años después de su fundación, las cifras de Migasa hablan por sí solas. Cada año, venden 250.000 toneladas de aceite de oliva y otras 230.000 de semillas de olivo. En total, su facturación anual supera los 1.000 millones de euros, lo que convierte a la empresa familiar en el mayor vendedor de este producto en todo el mundo. Del total de la producción, más de la mitad del aceite de oliva se vende en el extranjero, con clientes en más de 100 países.

Dentro de las primeras ligas de los emprendedores en todo el mundo, la empresa familiar española cuenta con varios representantes de peso. Así lo demuestra la lista de las 100 compañías familiares más grandes del mundo, elaborada por la consultora EY y la Universidad de St. Gallen.

Todo ello, desde una buena relación entre todos los miembros de la familia, algo poco común en otras sagas de emprendedores, donde las guerras internas suelen ser un importante freno al crecimiento. Quizás por eso, los Gallego son una de las familias de emprendedores de éxito más desconocidas de España.

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