Análisis de Persona 3 Portable

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Persona 3 Portable facilita el acceso al JRPG de Atlus, pero no elimina la necesidad de una versión completa del juego.

Acceder a los títulos de Atlus ha sido una tarea complicada durante la última década; muchos de sus juegos más icónicos quedaron recluidos en plataformas sin retrocompatibilidad. Esto ha empezado a cambiar recientemente, con la aparición de remasterizaciones de títulos de la sexta generación como Shin Megami Tensei III o incluso de la séptima como Persona 4 Arena, pero aún quedaban muchos títulos clásicos por recuperar. Uno de ellos era Persona 3, el JRPG de 2006 para PlayStation 2 que introdujo prácticamente todas las señas de identidad actuales de la saga. La versión que se ha recuperado es Persona 3 Portable, una edición que se lanzó en 2009 para PSP. Más adelante incidiremos en las diferencias, pero el resumen es que a día de hoy no existe una versión definitiva y completa del juego.

En P3P manejamos a un recién llegado (o recién llegada, ya que esta versión del juego permite elegir una protagonista femenina) a Iwatodai que descubre la existencia de la Hora Oscura, una vigésimo quinta hora en el día. La mayoría de habitantes de la ciudad no puede experimentar este suceso ya que quedan congelados en un ataúd, pero la gente que sí despierta durante esta hora está a merced de las peligrosas Sombras que aparecen. El personaje protagonista conoce pronto a otros estudiantes con la habilidad de defenderse en la Hora Oscura gracias a los Persona, una manifestación de su psique. Juntos forman la SEES (Sociedad Extraescolar de Ejecución de Sombras) para investigar el suceso y su relación con la Tártaro, una mastodóntica torre que aparece en su instituto durante la Hora Oscura.

En comparación con sus secuelas, Persona 3 es un juego con un tono más cercano a los anteriores juegos de Atlus. No faltan las escenas de alivio cómico y la exaltación del poder de la amistad, pero tiene muchos más momentos apesadumbrados, en particular en el tramo final. Tras haber jugado a P4 y P5, donde una vez un personaje se une al equipo ya es amigo del resto de por vida, destaca mucho la enorme desconfianza que tienen los miembros de SEES entre sí durante una gran parte del juego y, de hecho, las dificultades para conectar entre ellos son una parte clave de la historia.

A pesar del número que lleva en el título, Persona 3 fue prácticamente un reinicio de la franquicia con un nuevo equipo creativo. Katsura Hashino, que venía de firmar Shin Megami Tensei 3: Nocturne, se encargó de tomar las riendas de esta subsaga de Atlus manteniendo su principal seña de identidad frente a otros JRPG de Atlus: la ambientación escolar en lugar de los entornos postapocalípticos que predominan en SMT. En Persona 3 esa faceta se expandió con una vida diaria que nos obligaba a gestionar el tiempo, un aspecto heredero de visual novels y simuladores como Tokimeki Memorial.

Incluso a día de hoy sorprende el acierto con el que el juego implementó este sistema en su primera iteración, obligando al jugador a equilibrar el tiempo que dedicaba a los combates, a conocer a sus compañeros y a mejorar ciertas estadísticas para progresar en todos los aspectos que ofrece el juego. Aunque imprime cierto agobio por la dificultad de llegar a todo, nos da la posibilidad de gestionar nuestro propio tiempo con el juego. Los Social Links (traducidos oficialmente como Vínculos Sociales) funcionan genial a la hora de conducirnos por las historias secundarias, dándonos libertad para desarrollar antes a los personajes que más nos interesan y obteniendo ciertos beneficios en combate con ello. Hay días en los que uno prefiere combatir y días en que solo nos apetece avanzar en la historia de los componentes del SEES; el calendario nos permite delimitar ambos aspectos y avanzarlos a nuestro ritmo.

Las secuelas vinieron acompañadas de mejoras de calidad de vida en diversos aspectos, pero se localizaron sobre todo en la exploración de mazmorras, el aspecto en el que Persona 3 flaquea más al compararse con sus sucesores. La torre del Tártaro se divide en niveles generados aleatoriamente con muy pocas variaciones visuales, sobre todo en comparación a las mazmorras temáticas de P4 y P5. Cada Luna Llena encontramos un jefe final que viene asociado al progreso de la historia y al desbloqueo de nuevas áreas del Tártaro, impidiendo que nos adelantemos al progreso previsto.

El sistema de combate por turnos se conoce como One More, una modificación del Press Turn de Shin Megami Tensei III. Press Turn nos otorga acciones extra al golpear una debilidad del enemigo y nos resta acciones cuando fallamos un ataque, mientras que el One More se centra en el primer aspecto; premia a compañeros (y enemigos) por acertar, pero no castiga tanto los fallos. Es un sistema más amable pero con multitud de posibilidades, capaz de aguantar tres juegos que se acercan a las 80 horas cada uno sin despeinarse.

La nueva versión de Persona 3 Portable para plataformas actuales trae unas pocas novedades con respecto a la versión original, siendo quizá la más importante para el público hispanohablante la traducción al español. Se han añadido unas pocas mejoras de calidad de vida, destacando la posibilidad de cambiar de dificultad en cualquier momento de la partida. También han introducido un útil sistema de Guardado Rápido para poder crear un guardado de un solo uso si tenemos que dejar de jugar en plena exploración de la Tártaro y no queremos perder el progreso. Bastante agradecido para quienes no jueguen en portátil con la opción de suspender la partida.

Sin embargo, no todos los aspectos del juego han recibido una mejora sustancial con respecto al lanzamiento original. Los renders de fondos de la versión de PSP se han reescalado sin demasiado mimo, de manera que ahora contrastan mucho con el aumento de resolución de la interfaz y las ilustraciones de los personajes. Quizá sea cosa mía, pero también me ha parecido notar que el audio del doblaje estaba demasiado comprimido y distorsionaba ligeramente las voces en algunas líneas.

Por otra parte, la elección de Persona 3 Portable como versión del juego que portar a plataformas modernas trae sus propios problemas. A día de hoy no existe una versión definitiva de Persona 3; a P3P le falta el epílogo The Answer que se publicó en Persona 3 FES para PlayStation 2 y visualmente está muy limitado con respecto a la versión de dicha consola, mientras que a Persona 3 FES le faltaba toda la ruta de la protagonista femenina y la opción de controlar a los compañeros de equipo. Es posible que esto último sea uno de los motivos por los que se ha escogido P3P es por otro de los cambios con respecto a las versiones de PS2: en la versión de PSP se puede dar órdenes directamente a los compañeros, mientras que en las de PS2 los manejaba la IA y solo podíamos recomendar estrategias generales. Era un sistema que daba algunos problemas (por ejemplo cuando perdías el control de tu personaje por un Marin Karin lanzado a mala leche) pero también es cierto que la dificultad estaba equilibrada en torno a él; P3P es bastante más fácil que P3, aunque sigue sin ser un paseo por el campo.

A nivel de gameplay es una decisión comprensible; a la mayoría de gente se le haría cuesta arriba a día de hoy la pérdida de control. Donde sufre mucho P3P es en la comparación es a nivel visual, perdiendo la exploración de Iwatodai en 3D para convertirse en una serie de menús con fondos prerrenderizados. Otra pérdida viene en forma de escenas que en PS2 se presentaban como animación pero en PSP se sustituyeron por instantáneas con cajas de texto para explicar lo que está sucediendo.

Repasar a día de hoy Persona 3 puede ser algo más duro que sus secuelas, pero también permite apreciar la enorme inventiva del título y la seguridad en su propia fórmula. En este reinicio de Persona se introducen prácticamente todos los conceptos icónicos de la franquicia a día de hoy: la separación entre vida diaria y jornadas de incursión en mazmorras, los Social Links, el calendario… Las secuelas aprovecharon esta base para expandir y pulir el concepto original, pero no lo modificaron. Casi todo lo que hace grande a Persona 5 está presente ya en P3, ya sea la marcada identidad visual de la interfaz o una cuidada banda sonora de Shoji Meguro, que apuesta aquí por J-pop con toques de hip-hop.

Persona 3 Portable recupera el JRPG que sentó las bases de la revitalización de Atlus y facilita su acceso tras años en el olvido, aunque se trata de la versión visualmente menos atractiva con diferencia. A nivel de gameplay es fácil percibir el avance que han realizado sus secuelas, sobre todo en materia de combate, pero sigue siendo un gran juego por méritos propios; su historia se mantiene como la más oscura de la trilogía Persona de Hashino y sus personajes son los que más matices presentan. Es una lástima porque con todas las mejoras que presenta esta nueva versión, sigue teniendo un aire de ocasión desperdiciada; era el momento de lanzar la edición definitiva que se merece este título y no de seguir destacando las diferencias entre P3, P3 FES y P3P.

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